Ser católico hoy
Como miembros de la Iglesia Católica en el mundo actual, los creyentes están llamados a compartir su fe con la comunidad en general. Siguiendo los pasos de Cristo, damos testimonio de nuestra fe en la crianza de nuestros hijos, la interacción con amigos, familiares y compañeros de trabajo, y la integración a la cultura moderna. A lo largo de los siglos, ninguna iglesia ha hecho más por cuidar de nuestros hermanos y hermanas necesitados que la Iglesia Católica. El origen de la fe católica es la revelación de Dios. Creemos que Dios nos ama y desea estar en relación con su creación. Creemos que Dios se revela de numerosas maneras, pero particularmente a través de la revelación de su Palabra, que nos llega en dos formas: la Sagrada Escritura (escrita) y la Tradición (no escrita). La señal suprema de la revelación de Dios es la Encarnación: Dios haciéndose humano en Jesucristo. La Encarnación es la señal suprema del amor de Dios por su pueblo. Los católicos creen en la Santísima Trinidad, Dios revelado como tres personas divinas de una sola naturaleza: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Iglesia fue fundada por Cristo, por el poder del Espíritu Santo, y continuada a través de los siglos por la Tradición Apostólica. El Misterio Pascual —la crucifixión, muerte y resurrección de Jesucristo— es el misterio central de toda celebración litúrgica, especialmente de la Misa, que es la fuente y cumbre de nuestra vida como católicos. La Misa es la celebración central y vinculante de la Iglesia. Vivimos la vida sacramental plenamente en comunidad. Cristo nos llama al perdón de los pecados y reconocemos el Sacramento de la Reconciliación como una forma de reparar el pecado y retornar a una relación correcta con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Nos nutre y alimenta la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. La presencia de Cristo Resucitado se revela en toda la sagrada liturgia y en la comunidad reunida como Cuerpo de Cristo, en la Palabra, en quien preside y, muy especialmente, en la Eucaristía (el Cuerpo y la Sangre de Jesús). Como Cuerpo vivo de Cristo, los católicos estamos llamados a vivir una vida contracultural. Estamos llamados a servirnos unos a otros, tal como Jesús sirvió. Defendemos nuestra fe y creencias incluso si esto implica sufrir en el mundo. La doctrina social católica nos llama a cuidar especialmente la dignidad de la persona humana, desde el momento de la concepción hasta el final de la vida natural. Estamos llamados a atender a los pobres, cuidar nuestro medio ambiente, garantizar condiciones laborales justas para todos y trabajar por un sistema económico que permita la igualdad de trato. Creemos estar unidos con todos los ángeles y santos, especialmente con María, la Madre de Dios, y seguimos su santo ejemplo. Rezamos a María y a todos los santos para que intercedan por nosotros. La oración personal y comunitaria es un sello distintivo de la fe católica. Oramos para fortalecer nuestra relación con Dios y crecer en la fe y el amor. Nos unimos a todos los creyentes del mundo —la Iglesia universal— cada semana al reunirnos para la oración comunitaria, la Misa.
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¿Qué es la Iglesia Católica? Somos la Iglesia. ¿Qué creen los católicos? Sacramentos.